lunes, 17 de mayo de 2010

El Real Valladolid vuelve al pozo de la Segunda

Sé que han pasado ya 2 días desde el partido del Pucela en Barcelona, pero no tenía ni ganas ni fuerzas para escribir sobre este equipo hasta este momento, en el que envío mi punto de vista sobre el partido:

No pudo ser. Es una frase muy tópica y típica para resumir un descenso de un equipo de fútbol pero en esta ocasión la podemos aplicar perfectamente a lo que ha sido el transcurrir de la temporada del Real Valladolid aunque, para analizar el desastre en que se ha convertido el Pucela a lo largo de la temporada tendremos mucho tiempo hasta que empiece el Mundial.

Ciñéndonos al partido de ayer, la verdad que antes del encuentro se notaba que faltaba algo. Uno no tenía el gusanillo en el estómago de estar jugándose el descenso en la ultima jornada sino que más bien mostraba una tristeza y melancolía más propia del que ya se sabe con todo perdido.

Y en estas que llegan las 7 de la tarde y empieza el partido. En ese momento no se sabe por qué uno se viene arriba, ya que aunque no tenga la más mínima esperanza de que el final sea feliz, comienza a pensar que el fútbol no es más que un deporte en el que 11 chicos con una camiseta blanquivioleta juegan contra otros 11 chavales vestidos de blaugrana. La verdad que visto así, la cosa no pintaba tan mal y menos aún cuando a los 5 minutos de comenzar el encuentro, le llegaba un balón rebotado dentro del área a Manucho para que éste la empujara a la meta de un Valdés ya batido. Por desgracia, el angoleño volvió a dar muestras de su enorme puntería y remató contra el único defensa que se encontraba entre la portería y su posición.

Pese a este error el Real Valladolid no perdió la cara al partido y Baraja volvió a crear peligro en unos primeros minutos del encuentro en los que el Barcelona se mostraba nervioso y el Pucela parecía dispuesto a dar la sorpresa del siglo.

Pero por desgracia, este no ha sido el año del Pucela que pese a que merece el triste final con el que ha coronado la temporada, no es menos cierto que con una pizca de suerte el final podía haber sido distinto. Y digo esto porque al filo del minuto 25, un centro raso al primer palo sin ningún rematador culé cerca, fue desviado por Luis Prieto sobre su propia portería. Fue un golpe durísimo del que el Real Valladolid no se supo sobreponer y menos aún cuando poco después Pedro hacía el segundo gol en un contraataque y sentenciaba el descenso del Real Valladolid a la división de plata del fútbol español porque, nadie en su sano juicio confiaba en que el partido de Santander no estuviera podrido como al final se acabó viendo.

Desde que Pedro marcó el segundo gol el encuentro se convirtió en una fiesta blaugrana para celebrar el título de liga conquistado y en un funeral para el Real Valladolid, que 3 años después volvía a la Segunda División.

Como siempre, hay algo positivo de los hechos que acontecen, y en este caso es que el domingo fue la última vez en la que algunos sinvergüenzas se han puesto la camiseta del Real Valladolid en sus cuerpos. Tanta paz lleven como descanso nos dejan eso sí, en Segunda.

FC BARCELONA:
Valdés; Alves (Ibrahimovic, min.77), Piqué, Puyol, Abidal; Touré, Busquets, Keita; Messi, Bojan (Henry, min.78) y Pedro (Iniesta, min.85).

VALLADOLID:
Jacobo; López, Prieto (Font, min.60), Navas, Sereno, Barragán; Sesma (Nauzet, descanso), Baraja, Pelé, Costa; y Manucho (Keko, min.78).

GOLES
1-0, minuto 27. Prieto, propia puerta.
2-0, minuto 31. Pedro.
3-0, minuto 61. Messi.
4-0, minuto 75. Messi.

ÁRBITRO
Pérez Lasa (Col. Vasco). Amonestó a Alves (min.67) en el Barcelona y a Barragán (min.43), Manucho (min.48), Baraja (min.53) en el Valladolid.

ESTADIO
Camp Nou, 98.083 espectadores.

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