jueves, 6 de mayo de 2010

Qué duro es bajar a Segunda

Dejando a un lado lo ocurrido ayer en el terreno de juego, las consecuencias de este desaguisado en el que se ha convertido la temporada del Real Valladolid se empiezan a notar poco a poco.

Ayer fue muy duro estar en el Vicente Calderón, durísimo. Un servidor se desplazó a Madrid después de salir de trabajar y ha vuelto en la mañana de hoy cambiando su turno de trabajo sólo para presenciar el bochornoso espectáculo de ayer pero bueno, esto que acabo de describir sigue sin ser excesivamente duro.

Lo duro, durísimo es sentarte con tus amigos y respectivas novias en el coliseo rojiblanco y ver como tu equipo sale a pasearse mientras tú estás en contínua tensión deborando pipas y cigarros indistintamente. Pero por desgracia aquí no acaba todo, ya que después de esa tensión de ver a tu equipo impotente llegan los goles del Atlético de Madrid y los aficionados rojiblancos de tus alrededores te cantan "A Segunda, A segunda" y aunque hay gente que puede soportar eso encarándose con el susodicho imbecil rojiblanco que canta eso, otros se desmoronan al oir eso y rompen a llorar impotentes ante lo que ven abajo y lo que les cantan desde el asiento de al lado. Eso es lo realmente duro, ver como tú equipo se va a Segunda y como los amigos que te rodean rompen a llorar mientras los 11 tipos que están en el campo sólo piensan en donde se van a ir de vacaciones dentro de un mes.

La verdad que la situación de ayer es la que ocurre siempre cuando un equipo desciende, pero verlo en primera persona y ver que las caras desconsoladas que has visto tantas veces en la televisión son las de tus amigos y cercanos duele mucho, más que el propio descenso de categoría.

Algunos dirán que aún se puede, que si ganamos al Racing el sábado podríamos salir del descenso y todas estas milongas que se llevan escuchando desde hace meses con este equipo que tanto ilusionó en verano y que tanto daño está haciendo a una afición del Real Valladolid que ha confiado ciegamente en ellos.

En fin, a por el Racing y a rezar, que no nos queda otra una vez más...

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