Tres días después de confirmarse el monumental descalabro del club que ha conducido con el descenso a Segunda División llega la hora de buscar culpables y de que las cabezas empiecen a rodar.
Visto que la de Suárez no va a caer ni aunque se la corte con una motosierra, se debe mirar un peldaño por debajo para ver quién ha confeccionado la plantilla y quien se ha encargado de informar al club de lo que pasaba dentro del vestuario.
El encargado de la confección de la plantilla es única y exclusivamente Roberto Olabe, que ilusionó a la grada en verano con grandes nombres de jugadores jóvenes y en propiedad pero que luego han demostrado que podían venir en propiedad porque nadie más les quería. Además de esto, Olabe es una persona muy impopular entre los aficionados, que en el momento en el que vieron que la cosa se torcía señalaron al vasco como el gran culpable de lo que estaba ocurriendo.
En cuanto al enlace entre el vestuario y la dirección del club qué podemos decir de él que no sepa ya todo el mundo. Nadie sabe cuál ha sido su función en la institución ya que viendo un vestuario roto e irresponsable no ha sido capaz ni de aportar su experiencia para encauzar las cosas, ni de informar al club de todo lo que estaba aconteciendo entre las 4 paredes de las duchas de los Anexos y Zorrilla. Por si esto fuera poco, Juan Carlos dió la espalda a Mendilíbar buscando la llegada de Onésimo al banquillo, lo que dice muy poco de la calidad humana de este personaje al que le queda tan poquito tiempo dentero del club.
Por lo tanto, Olabe y Juan Carlos viven sus últimas horas como trabajadores del Real Valladolid aunque no serán los únicos que abandonen el barco, ya que los ayudantes de Olabe, Rico y Velázquez, tienen todas las papeletas del mundo para marcharse con el vasco.
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